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¡Hola buscadores de sol! ¿Sueñas con ese brillo dorado de tus próximas vacaciones? La primavera se acerca rápidamente y la playa es una visita obligada, ya sea en un viaje familiar o con amigos.
Lo entendemos: hay algo absolutamente satisfactorio en regresar a casa con un hermoso bronceado. Pero recuerda, se trata de encontrar ese punto ideal entre tomar el sol y cuidar tu piel. Entonces, profundicemos en cómo lograr ese bronceado perfecto para las vacaciones, ¡de forma segura y sorprendente!
Lo primero es lo primero, conoce tu piel. ¡No todos los tipos de piel se broncean igual! Algunos pueden enrojecerse y pelarse, mientras que otros se broncean muy bien. Comprender la reacción de tu piel al sol es el primer paso para lograr un bronceado magnífico.
Piel seca:Ocurre cuando tu piel no tiene suficientes aceites naturales.La piel seca puede tener dificultades para broncearse de manera uniforme y puede ser más propensa a sufrir quemaduras solares. Para mantener tu piel hidratada y obtener un bronceado uniforme, huméctala regularmente, especialmente antes de broncearte, si así lo prefieres.
Piel grasosa: La piel grasa, caracterizada por una producción excesiva de sebo, puede presentar sus propios desafíos cuando se trata de broncearse. El exceso de grasa puede hacer que la piel luzca brillante y provocar dificultades para lograr un bronceado uniforme. La piel grasa tiene menos probabilidades de quemarse con el sol porque los aceites naturales brindan protección adicional contra el sol. Es fundamental limpiarse a fondo antes de broncearse para eliminar el exceso de grasa y evitar la obstrucción de los poros.
Color de piel y bronceado: El contenido de melanina en la piel juega un papel importante en la forma en que se broncea. La melanina es el pigmento responsable de determinar el color de la piel y proporciona protección natural contra la radiación UV.
La piel más oscura tiene más melanina, que protege contra las quemaduras solares y ayuda a conseguir un bronceado más oscuro y duradero. La piel más clara tiene menos melanina y es más propensa a sufrir quemaduras solares. Necesita un cuidado especial y una exposición gradual al sol para broncearse de forma segura.
Prepara tu piel a la perfección. Una semana antes de tus vacaciones, comienza exfoliando suavemente para eliminar las células muertas de la piel. Esto consigue un bronceado uniforme. Hidrata, hidrata, hidrata: bebe mucha agua e hidrata tu piel para mantenerla flexible.
Consume alimentos ricos en betacaroteno antes de su viaje. Estos alimentos incluyen zanahorias, mangos, albaricoques, papaya, tomates y espinacas. Estos alimentos ayudan a tu cuerpo a producir más melanina, protegiéndolo de los rayos UV y proporcionándote un bonito bronceado.
El protector solar es tu mejor amigo. Elegir el SPF adecuado no se trata sólo de protección: se trata de broncearse inteligentemente. Opta por un protector solar de amplio espectro para protegerte de los rayos UVA y UVB. ¡Sí, puedes broncearte con protector solar puesto!
Temprano por la mañana o al final de la tarde, esa es tu hora dorada para tomar el sol. El sol es menos intenso, por lo que podrás disfrutarlo sin excederte. Apunte a sesiones cortas; menos es más.
Evita daños en la piel aplicando generosamente y con frecuencia su protector solar o loción bronceadora, especialmente después de un chapuzón en el agua o si está sudando. No olvides cubrir las orejas, los dedos de los pies y los labios.
Como un pollo asado, ¡sigue girando! Bromas aparte, cambiar de posición con frecuencia te ayuda a conseguir un bronceado uniforme sin quemarte. Un poco de movimiento ayuda mucho.
Configura una alarma en tu celular cada 20 minutos aproximadamente, para que te gires hacia atrás y hacia los lados, de esa manera podrás asegurarte de obtener un bronceado uniforme.
Si tienes piel sensible y comienzas a tener enrojecimiento en la piel o sarpullido, refréscate a la sombra un rato, no lo empeores, ya te has quemado.
Después de la exposición al sol, refréscate y toma una ducha tibia. Hidrata tu piel con gel de aloe vera y/o loción con vitamina E, es magnífica para calmar la piel bañada por el sol, ya que reduce el enrojecimiento, ayuda a prevenir la descamación y mantener tu piel sana.
Mantén tu piel hidratada del revés. Beba agua y usa una crema hidratante o una loción para después de tu exposición al sol para retener la humedad. Continúa haciéndolo, incluso cuando estés de regreso en casa para mantener el color por un período más prolongado.
eguir estos consejos, durante tus vacaciones en los Solaris Resorts en el deslumbrante destino caribeño, te garantizará el bronceado perfecto que estás buscando.